Entonces tenemos que reformular la pregunta: ¿SON CONFIABLES LAS ENCUESTADORAS?
Es probable que algunas empresas encuestadoras manipulen los resultados de sus encuestas, cambiando algunos porcentajes dentro del margen de error. Por ejemplo, si una encuesta ha sido diseñada para que tenga un margen de error del ±5%, y un candidato tiene el 15% de los votos de una muestra de votantes, entonces se puede afirmar, con una confiabilidad del 95%, que dicho candidato tiene entre el 10% y el 20% de los votos de la población electoral. Si la empresa encuestadora quisiera favorecer a este candidato, podría publicar que obtuvo el 19% o 20%, sin el riesgo de cometer un error grave que lo desprestigie.
Esta manipulación puede ser mayor aún cuando la encuesta presenta resultados por estratos, pues los márgenes de error de dichos estratos son mucho más grandes, debido a que las submuestras de los estratos son pequeñas. Por ejemplo, si se hace una encuesta a una muestra de 1070 votantes, el margen de error es del 3%; pero si de esos 1070 votantes encuestaron a 96 votantes del estrato socioeconómico A, el margen de error para el resultado de este estrato sería del ±10%. Ahora, supongamos que un candidato obtuvo el 12.5% de la muestra de votantes del estrato A; entonces se podrá afirmar que dicho candidato obtuvo entre el 2.5% y el 22.5% de los votos de la población electoral del estrato A. Esto podría dar pie a que la empresa encuestadora publique que el candidato obtuvo el 2% (si quisiera desfavorecerlo), o el 22% (si quisiera favorecerlo), igualmente sin el riesgo de cometer un error que lo desprestigie mucho.
Claramente, en la medida que se desee un margen de error más pequeño, la muestra necesaria debe ser más grande. En el siguiente gráfico se puede ver de qué tamaño tendría que ser una muestra para que se consiga un margen de error deseado.
Comentarios
Publicar un comentario